domingo, 27 de enero de 2008

Análisis económico de coyuntura

Análisis económico de coyuntura, al martes 29 de enero del 2008

Por: Mauricio Ríos García

El nuevo Foro Económico Mundial (FEM), reunió en Davos, Suiza, a los líderes, académicos y ejecutivos de las corporaciones más importantes para conversar sobre los avances de la globalización alrededor de la seguridad y la prosperidad.

La posible llegada de una recesión de la economía mundial ha sido el tema fundamental de esta semana y también del FEM, donde se aseguró que el desaceleramiento, impulsado en gran medida por el desplome financiero del “lunes negro”, fruto de la crisis del crédito hipotecario norteamericano, es bastante serio y motivo de gran preocupación.

En este tema convergen varias ideas muy importantes: la primera es que el desplome de las bolsas alrededor de todo el mundo es muy poco común, porque la decisión de los inversores ya no son guiadas más que por un factor meramente psicológico, es decir, que ante todo tipo de incertidumbre, las repercusiones de la política internacional se han ido manifestando en una incontrolable volatilidad de los mercados. Ahí es donde prima el temperamento y la intuición.

Otra idea fundamental y sobre todo curiosa, es que los inversionistas de Wall Street son también, en muchos casos, líderes musulmanes que cuestionan la democracia norteamericana, pero que también apuestan por una evaluación positiva sobre la reacción de los mercados, en torno a las medidas fiscales del gobierno de Bush, con su plan Hope Now Alliance. Es entonces, la señal más clara sobre los avances de la globalización, donde los consumidores son quienes impulsan la economía, por lo menos en economías avanzadas como la de EEUU, que gastaron ingentes cantidades de dinero, a pesar de guerras, huracanes e inundaciones.

¿Por qué es importante para el mundo lo que pase en EEUU?

Resulta que el mercado americano, siendo el más grande del mundo, con una participación del 25% en el Producto Interno Bruto de la economía mundial, sigue siendo el líder.

El efecto (otra idea), es aquel que Bernanke, máxima autoridad de la Reserva Federal, llama como un “exceso de ahorro global”. Esto significa que mientras los EEUU se dedicaban a gastar, en este caso en bienes inmuebles, el resto del mundo se dedicaba a ahorrar.

Lo único que esto quiere decir es que la economía norteamericana aún sigue siendo la líder mundial, aunque debe reconsiderar su rol si quiere mantenerse como tal.

¿Por qué es importante para América Latina?

Ante la alerta sobre lo que suceda al norte del continente americano, los inversionistas optaron por refugiarse en los mercados de las economías emergentes como de China, India y ahora Brasil, aunque a medida que el tiempo pasa, las bolsas de valores de estos países están cada vez más ligadas a la de Wall Street, entonces, la pregunta gira sobre si estos serán capaces de desligarse del problema, al mismo tiempo que tratan de satisfacer la demanda de los inversionistas.

Pero eso no es todo. Las economías latinoamericanas siguen teniendo un carácter primario exportador, que podría tener una reducción brusca de demanda de materias primas, por un ajuste en los gastos de los estadounidenses.

¿Por qué es importante para Bolivia?

Los primeros impactos serán en el sector de las exportaciones, que según cifras oficiales, en el 2007, estas alcanzaron los 425 millones de dólares al mercado estadounidense, de los cuales la mayor parte corresponden a productos manufacturados. Otro golpe lo tendrán quienes reciben las remesas, por un efecto directo de la crisis inmobiliaria sobre el sector del empleo.

Dependiendo de cuán diversificada esté, las repercusiones de todo lo mencionado anteriormente sobre la economía nacional, será de tener la oportunidad de asumir el impacto sobre sus relaciones financieras con las comerciales, con la venta fundamentalmente de hidrocarburos. A todo esto, Bolivia debe primero observar cómo es que se irán ajustando los mercados mundiales que se relacionan directamente con nuestras exportaciones y adoptar medidas contracíclicas que permitan reducir el impacto del aterrizaje de la economía mundial.

Si las grandes economías estornudan, su efecto sobre las economías pequeñas es el de una pulmonía.


Fuentes: Cnn-Expansión, Los Tiempos y Ríos (2007).

Red Confianza

Escrito para Red Confianza

miércoles, 23 de enero de 2008

Se lo veía llegar

Sabíamos que el lunes negro, a medida que se acercaba, más se aceleraba.

Ya se advirtió sobre el tema de la crisis del crédito hipotecario en
octubre del 2007 y cómo afectaría a la economía latinoamericana y boliviana.

Nuestro gobierno hoy festeja los resultados fruto del
trabajo neoliberal como las RIN, los HIPC, el mismo ATPDEA, las condonaciones, pero lo que está claro es que no se hizo gestión cuando se debía.

Hoy el Perú crece a un 8.3%, el doble que Bolivia y no quiere saber de trabajar con nosotros porque estamos más ocupados en jugar a la guerra entre ricos y pobres (sic), a la economía cepalina de Prebisch o de la Revolución del 52.
El perú se aleja cada vez más de la Comunidad Andina de Naciones y se acerca cada vez más a la Unión Europea, luego de firmar un TLC con EEUU, todo porque quien trabajó para cuando llegara la coyuntura propicia, fue el tan criticado neoliberal Alejandro Toledo.

Parece ser que esta es la oportunidad, no de otro gobierno, pero tal vez de otro gabinete, de un pragmático manejo de la economía. Es la hora de las propuestas.

Este gobierno no se ha dedicado más que a la lucha contra la institucionalidad, al "desmonte" no del modelo neoliberal, sino del aparato productivo.
Este gobierno se ha dedicado a farrearse con oportunidades que podían haber fortalecido el orden y la certidumbre.

A quien le guste y quien no, nuestro gobierno no ha trabajado más que para la vuelta sin retorno de un Estado y una economía liberal, aunque con una factura impagable.


Este no será un año alentador para la estabilidad, pero sí será escenario de decisiones determinantes.

Tregua en el juego político

Por: Mauricio Ríos García

Lunes negro es el adjetivo que utilizaron varios periódicos internacionales y revistas especializadas, para calificar la jornada del pasado lunes 21, cuando los inversionistas de los diferentes mercados bursátiles alrededor del mundo recibieron la noticia de que la Reserva Federal recortaría las tasas de interés referenciales de 4.25 a 3.50%, con la idea de proteger el consumo y contrarrestar la crisis del sector inmobiliario, ante la inminente llegada de una marcada recesión (un período de crecimiento negativo del Producto Interno Bruto), en los EEUU.

Revisando datos, se estima que los niveles a los que llegan son similares a los del oscuro septiembre del 2001, otros como el multimillonario espaculador George Soros, en un ánimo más escandaloso, afirma que se trata de una crisis similar a la vivida después de la Segunda Guerra Mundial, pero hay otro dato curioso: Wall Street no operaba porque ese era un día feriado en que se recordaba a Martin Luther King, lo que quiere decir que este no es un desplome ordinario, como el del atentado a las Torres Gemelas o el de la invasión de Irak a Kuwait en 1990.

A todo esto, además se presumen recesiones en Japón, México y España.

El ánimo pesimista de los inversionistas no se lo atribuye al anuncio de recorte -ya que existe un gran consenso en el Congreso al rededor de la medida-, pero sí a la falta de confianza en el Presidente George W. Bush, porque consideran que el plan que propone carece de contundencia y posibilidad de ser aplicado en forma inmediata.

¿Qué pasa con Bolivia? De acuerdo al tono de las declaraciones del Ministro de Hacienda, Arce Catacora, no habría mayor preocupación sino hasta el tercer o cuarto trimestre del año en curso, momento en el cual empezaría a sentirse los efectos en el sector de las exportaciones.

El problema de la economía norteamericana es motivo de preocupación porque las bolsas de Santiago, Buenos Aires, Lima y Sao Paulo, reportaron cifras negativas por temor a la recesión estadounidense. En Bolivia comenzamos el año con una elevada inflación del 11.7%, que no ha sido tratada eficientemente. Si a esto le agregamos las inclemencias del tiempo por el efecto de la Niña, se corre el riesgo de padecer una estanflación en 2009, es decir, ya no una desaceleración, sino, la suma de la inflación y un estancamiento del aparato productivo.

Para esto debemos ser capaces de por lo menos suavizar el impacto del aterrizaje, para lo cual se requiere de estímulos en el corto y largo plazo:

Las Reservas Internacionales Netas superaron los 5 mil millones de dólares la gestión pasada, entonces, si se fue responsable en lo fiscal, veremos posibilidades de combatir la crisis mundial. Si Arce prevé una caída de las exportaciones, no sigamos improvisando con el deficitario TCP-ALBA y el anacrónico y poco conocido Banco de Desarrollo Productivo.

Pero ya que nos farreamos la posibilidad de gobernar los siguientes veinte años, ¡parece ser una oportunidad viable para estimular el consumo per cápita! Con la gallina que pondrá los huevos de oro recién en 50 años, el Estado va a ser incapaz de gestionar la verdadera revolución productiva que se necesita para este año, entonces ¿deberá ser el ciudadano quien se haga cargo?

Si no dejamos de hablar 6 ó 7 horas seguidas y no nos ponemos a escuchar, la economía de este año castigará el bolsillo ya no solo del más pobre, sino de quien tiene para invertir y ser gestor de su propio destino.

Escrito para Los Tiempos.

martes, 8 de enero de 2008

La realidad del crecimiento mediocre

Por: Mauricio Ríos García

Este próximo martes 22 de enero, es el día en que se cumplen 2 años del ingreso de Morales a Palacio Quemado y siguen presentándose contrasentidos. En este tiempo, el crecimiento económico ha sido mediocre, tanto así, que ha sufrido una desaceleración, a pesar de que vivimos una época más bien favorable en el marco internacional, luego de algo más de 40 años.

Si el contexto externo fue tan favorable para el carácter primario exportador que tienen los países latinoamericanos, ¿por qué el crecimiento de Bolivia fue de apenas un 4.1% en 2006 y de un peor 3.8% en 2007, cuando países como nuestro vecino Perú, crecen a un ritmo de 8.3%?

Meses después de que Morales asumiera el mandato, el gobierno presentó el Plan Nacional de Desarrollo (PND), que proyectaba un crecimiento promedio del 6.3%, entre el 2006 que empezaba en el 4.1%, hasta el 2011 que reportaría un 7.6%. Sin embargo, el Ministro Loza acaba de publicar un ensayo en La Paz, este pasado 8 de enero, que califica la gestión del año pasado como positiva, con una serie de números que solamente distraen la atención del verdadero problema de fondo, que es la mediocridad por incumplimiento de objetivos.

El PND expresa que para el caso de la inversión global, esta alcanzaría el 14.5% del PIB en 2006 y que superaría el 18% del mismo en 2007. Teóricamente, las proyecciones del gobierno determinaban que la inversión motor de la economía productiva, sería la privada, pero la realidad es que en 2006 esta no superó ni el 6.6% del PIB y en 2007 tampoco. A todo esto, el gobierno reemplazó la privada con la pública para tratar de cumplir con lo estimado, sin juicio alguno sobre su calidad.

Siguiendo en la misma lógica, lo único que en realidad se cumplió de dicho plan, es la mal llamada nacionalización que a YPFB le permite realizar inversiones, que en palabras de Valverde, al discutir el tema con su audiencia la pasada noche del 7 de enero, son vergonzosas porque no se las realiza con un criterio de eficiencia y eficacia.

No cabe duda en que la inversión privada fue enana, porque el clima creado por la Asamblea Constituyente y el Tribunal Constitucional no ha sido el mejor para las inversiones. Los mil millones que Petrobras compromete invertir este año, son un respiro muy profundo para el gobierno, pero tampoco vayamos a decir que es porque lo merecemos y porque el gobierno gestionó el acuerdo, si recién se reunirán Fernández de Kirchner y Da Silva con Evo.

No es que el Ministro mienta, pero sí sobredimensiona los resultados de una pobre gestión que presenta situaciones que no son posibles de argumentar a favor, como tener superávit con una elevada y preocupante deuda interna; generar empleo que en realidad es burocrático y no productivo; y realizar un fuerte gasto corriente inflacionario sin capacidad de ahorro interno.

Es verdad que un crecimiento como el que hoy cuestionamos, hubiese sido digno de reconocimiento y signo de estabilidad y prosperidad en cualquier otra época, pero para un economista resulta molesto tener que asentir ante la idea de que el país más pobre del vecindario, sea el que menos aproveche de la coyuntura externa que ya empieza a desaparecer.

Medite usted sobre el tema, utilice la aritmética y esté pendiente sobre los resultados del encuentro Gobierno-Prefecturas, para ver si realmente tendremos un ritmo de crecimiento del 7.6% para el 2011 como proyecta el gobierno. Por lo demás, así como las cifras del Ministro de Planificación, son solo palabras al viento.

http://lostiempos.com/noticias/10-01-08/10_01_08_pv2.php