sábado, 24 de noviembre de 2007

El acuartelamiento de la Asamblea Constituyente

Por: Mauricio Ríos García

Producto del mal cálculo político del MAS y el gobierno central en su conjunto, se ha planteado la posibilidad de una guerra civil en Bolivia, aunque el Vicepresidente así no lo quiera reconocer.


Resulta que en los últimos días de esta semana, las sesiones para la redacción de la nueva CPE se han visto interrumpidas, ya que aún se pretende aprobar el conjunto de leyes "por la vía rápida" y sin consenso, es decir, por mayoría absoluta y no por dos tercios que consideren el desacuerdo de los bolivianos por aprobar una Constitución de carácter socialista comunitario.

Por aquellas interrupciones, se ha llevado la plenaria de la Asamblea al cuartel militar ubicado en el Palacio de la Glorieta, en la zona de El Tejar, bajo custodia armada.

Pero el mayor descontento de la ciudadanía chuquisaqueña y de distintos sectores de oposición del país, se encuentra en que el tema de la capitalidad será retomado sin la presencia de la minoría de asambleístas de oposición que demandan un referéndum por aquel tema, ya que la sede de la capital es un tema que incumbe al país en su conjunto y no solo entre las ciudades de la disputa.

Los enfrentamientos a estas alturas del día en Sucre, suman centenares de heridos, aunque de lesiones menores se trate aún.

Distintos medios de comunicación como PAT, han transmitido en directo los hechos violentos de la capital y el gobierno no ha manifestado criterio alguno a diferencia del líder opositor Jorge "tuto" Quiroga, que desde luego manifiesta un firme desacuerdo e insta a la comunidad internacional a enviar una comisión especial de monitoreo, además de recordarle al Presidente los sucesos de octubre de 2003 y la relación de acciones del gobierno actual con el de García-Meza.

Lógicamente, la Asamblea no debe entrar en sesión en tanto no haya calma y consenso entre bolivianos, caso contrario, el hecho de aprobar los lineamientos de la nueva Constitución bajo las armas del ejército y la represión hacia las manifestaciones, sería ilegal.

Esperemos que los hechos no pasen a mayores y que las soluciones consideren el principio de paz y derechos humanos.

No a la guerra civil, sí al respeto y apego a las leyes!